Instrospectiva de la vieja escuela

Llegando a mi casa, entro en mi taller, sentado en mi mesa me pregunto una y otra vez como hacer el camino de mi existencia algo más ameno, algo más portentoso, el cual me permita aplicar mis conocimientos a una realidad tangible. Paso mis días, enfrascando en dossier de formaciones y estipulaciones, tanto tácticas como técnicas o ricas en teorías, que a su fin me permitan llegar a ser mejor en lo que hago…y como no en lo que soy. Me considero como bien repito mil veces al día, no para convencerme, sino más bien para confirmarme, que soy de la vieja escuela, de los que como imprescindible tienen en su inventario la baraja de póker, la petaca llena, una purera repleta de sensaciones, el arma preparada y mi blog con una pluma lista para anotar aquellas observaciones, que cual relámpagos vienen a mi cabeza. A veces me pregunto, si no estoy desubicado de época, si tal vez no nací en un tiempo que no es el mío y por tal motivo vivo lo que vivo y siento lo que padezco. Dolorido por un cansancio arrastrado de tiempo atrás, pero sin gana o motivo de descanso, busco entre los humidicadores por si en alguno de ellos aun queda alguno de aquellos robustos típicos en mi cenicero, la ceniza se desprende llevando consigo mi ansiedad, transportando lejos de mi cualquier problema. Soy de los que fuma y se rasca la frente al pensar, puro en mano me siento sosegado, como si esas hojas de tabaco entrelazadas, fuesen un apoyo para lo que hago, algo me dice que no estoy tan solo. Entre hojas libros y escritos, encuentro la paz o un buen modo de llegar a ella. Últimamente me siento mas completo, o satisfecho al adentrarme en mis documentos y ponerme a estudiarlos con detenimiento, es extraño pero siento que estoy algo mas concentrado a la vez que absorto o absorbido por ellos, preocupado por situaciones ajenas, pero a su vez, siento un extraño palpitar en mi alma, son palpitos de entusiasmo, palpitos que al meditados, analizados me dan a ver que mi mundo interno, mi flora mental esta nutrida, tal vez se deba al regreso de la musa de la inspiración o que como dijo un viejo maestro “llega un momento en que la desesperación da frutos”¿ estaré recogiendo la cosecha? Quien sabe, desconozco a la perfección el porque o el significado de mi estado. Solo se que tengo que agradecer al mundo parte de mis resultados.