
Hace tiempo que hecho de menos aquellos tiempos, plagados de ojos expertos, en un mundo silencioso e interno, ojos poderosos que observaban la existencialidad del ser y daban de su vida y vivencia un legado tangible de hechos tan portentosos que una sola alma que dignara a escuchar su historia encontraba aquellas bases tan necesarias para el control humano, para la demostración de la existencia real de esperanza en la humanidad. Hombres de honor que ganaron su mención en el tiempo.
Recuerdo cuando antes cerca de los puertos o en tabernas de aquellas ahora ya solo recordadas por cuadros o grabados uno podía deleitarse y comprenderse al encontrarlos. No siendo ellos eruditos de libro ni estudiosos de materia, daban mejor formación, muchos de ellos analfabetos obligados por tiempos de dureza extrema, gente sin caudales ni guardas, con un sayo repleto de conocimiento pasaron, tal vez inadvertidos a los ojos de una sociedad tan necesitada de ellos, pero a su vez tan renegados del culto al respeto.
Fielmente he tenido la suerte y el honor de compartir con aquellos no escuchados pero bien ilustrados maestros, momentos y explicaciones divagantes sobre el porque de las preguntas básicas existenciales, de cómo alcanzar sus respuestas o mas bien como preguntar con certeza, optimizando los resultados para aquellas tan profundas dudas inherentes en la humanidad. Tal vez sea el decrepitar de la sociedad actual lo que hace bajar mi mente en aquellos tiempos en busca de o bien un consuelo o bien un consulado de la conciencia. Hasta tal punto de buscar en los ojos de un lobo la respuesta más preceptiva del porque y como, elogiando aquellos ancestros que actuaban a modo de guías para los perdidos o ancla con lo humano y lo onírico. Y busco, busco consuelo en el recuerdo… y pienso en mis noches en vela en que dirían aquellos viejos maestros, sobre el hoy en día y la evolución sistemática de los hechos que acontecidos quedan sedimentados en una existencia de camino desvirgado de sentirse complacientes, dejados o abandonados de un credo a la introspectiva. Los nuevos tiempos, las nuevas eras tienen en cuentagotas de la presencia de maestros o diáconos de soporte a la conciencia mas profunda.
Es simple mi deseo, sueño, esperanza o sinónimo adaptable a la situación es pensar que estamos a tiempo para escucharles y aprender a mejorar lo que nos rompe o nos impide avanzar en el camino que tenemos marcado y de cómo luchar para crear una nueva senda.
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