Sus incontables pero siempre polémicas declaraciones via redes sociales están abriendo un campo de estudio sociopolítico jamás conocido antes. Ha sido el primer presidente sin tapujos y filtro que se nutre de tales redes para soltar lo primero que le pase por la mente, sin antes ser revisado por el gabinete de expertos o la censura de lo más politicamente correcto.
Lo cual lleva a dejar en evidencia varios aspectos interesantes de esta sociedad política que nos domina.
Uno de los más interesantes es vislumbrar las limitaciones que hasta un presidente tiene ante sus programas electorales y promesas, ver como su cuerpo de gobierno tiene más poder ejecutor de lo que se contempla de un inicio. Destapando así la neurosis de muchos al salir vencedor y ya declarar que sería el principio del fin.
Pero aquí viene la pregunta...
¿Quien lo está haciendo peor?
La oposición?
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