
Tras una dura guerra llena de pequeñas batallas, completamente destrozadoras, de aquellas en que cada paso derriba al anterior, y nuestras manos se hunden en el barro mas profundo de la materia humana, allá donde se funden credos, dogmas y morfologías de un carácter, repletos de excipientes sociales acondicionadores y condicionales, donde en cada grano, puñado se unen todas las partes de esta existencia. Allá donde nuestros gritos sordos se unen en un aire tan cargado que no llegan mas allá que al firmamento, donde nuestras amargas lagrimas nutren un campo de batalla repleto de los cadáveres del entusiasmo y aquello que unos llaman felicidad se ha tornado en simplemente un sueño, un recuerdo tan desdibujado que incluso es tomado como imaginación, en un barro tan profundo que incluso nos recuerda la esencia primordial de todos los actos y sensaciones, en un mundo en el cual nos lucha el alma en contra, y la esperanza viste tintes de terrorífica fantasía, allá donde las mas mortíferas balas se llaman conciencia y vivencia diaria, allá donde la cárcel corpórea es un desconfiado aliado. Mi alma repasa aquellas existenciales preguntas básicas, en una incesante búsqueda de cómo continuar, golpeo el suelo de la creación, replico con gritos al destino, y tras gritos y amargas lagrimas, hundo mi cabeza en el busca del abrazo consolador mas profundo, efectivo y afectivo que el barro interior pueda darme, mis lagrimas llegan a mis labios, el sabor de mi alma gritando. La fiereza ruda de no saber como y que hacer, la ansiedad profunda de cómo sacar el grito al completo y hacer de el algo mas portentoso que un solo acto reflejo derivado de una rabia descontrolada, como acoger al diablo interno y concienciarlo del mundo, y al mundo del diablo interno. Como seguir luchando, desesperado para que negarlo cierro mis ojos y recuerdo el largo camino que me llevo aquí, mis triunfos, mis derrotas, mis victorias, mis errores, aquello que hice, lo que no, aquello que perdí por hacerlo, lo que no perdí, lo que ame y desestime, todo lo que me hizo ser lo que soy y aun mas importante que es lo que soy. Tras horas ante y en mi paradigmático recoleto, agarro el barro con mis manos, lo observo, lo comprendo, lo asimilo, le venzo…algo en mi interior me hace darle forma, algo en mi interior guía mis pasos, mis gestos, algo que fielmente no termino de comprender pero a extraño modo se bien el porque de todos sus factores determinantes en mi, le doy forma de mi alma, de mi motivación entusiasta e idealista hacia lo que siempre he sido y querido ser esta vez es distinto, hay diferencia consistente, no lo haré cual escudo, ni complemento, haré porque es necesario, es lo que debo hacer.
A duras penas, me levanto observo al cielo y grito, ESTOY EN PAZ. VOY A SEGUIR MI LUCHA.
Dedicado a los que ciertamente son mi familia
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